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Avaliação da contribuiçãoUn lugar para compartir. no es un restaurante para usar. un pequeño comedor en el que disfrutar de la experiencia. sin ser algo excepcional, algo fuera de lo común.
Gran restaurante para comidas de grupo pequeño. excelente relación calidad-precio. el propietario-cocinero, ángel, da múltiples instalaciones y establece una relación cordial con el cliente. Recomiendo las mantas llenas de hongos, el rapero o el magreto de la mandarina.
Impresionante, exquisito, es un sitio de visita obligada si consigues probar las cosas preparadas con dedicación y know-how. el risotto delicioso, las primeras carnes y los huevos con carabineros de las mejores cosas que he probado
Es muy bien, tratamiento excepcional, lugar acogedor, comida hecha en el momento de no calentarla) , el encantador propietario, cuidando de los detalles. y las copas superiores. Una vez que entres ahí, no hay prisa y Nico siempre te trata con una sonrisa. Con respecto a la sala de estar, el respeto a la máxima privacidad pone un timbre sobre la mesa para llamarte cuando necesitas algo o terminamos) viene súper rápido, no pone ninguna queja. se puede reservar de 2 personas a máximo 12. el lugar es un poco difícil de encontrar pero vale la pena. Sin duda, un lugar que repetir.
Hay que ir para darse cuenta de lo que es. No es un restaurante, es un acogedor comedor para disfrutar de la familia o los amigos, y de una excelente gastronomía. Todas las personas que he llevado se han sorprendido muy gratamente.