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Avaliações
Avaliação da contribuiçãoNos presentaos por casualidad en este local, compartimos bravas, chipirones, pizza de atún y helados de postre y comimos muy bien. Los chicos muy amables y la relación calidad-precio adecuada. Si volvemos por ahí, repetiremos.
Un restaurante muy bonito y grande con discoteca para fiestas, ubicado en Gironella, un pueblo con mucha vida i encanto Las flautas y el el tapeo muy recomendable. Tienen opciones veganas Y las creps dulces no te las puedes perder. Servicio muy atento y servicial. En fin de semana hacen menú de fin de semana a un precio muy correcto Muy recomendable
Comida decente, pero relación calidad-precio muy mala. Esperamos muchísimo a que nos llevaran las cartas y aún más para comer. No recomendado. Lo mejor: hay aparcamiento.
El personal es amable y simpatico. La comida es realmente buena y los platos tienen una cantidad de comida perfecta. Hay una gran variedas para escoger, tambien tienen menús. Bar, terraza, sala de fiestas, comedor y comedor privado. La decoracion es muy guai.
Estábamos hospedados en una casa rural en Casserres y llamamos alrededor de las 9 de la noche para pedir 11 pizzas. Nos habían asegurado que no habría problema en traérnoslas y al preguntar cuánto tiempo tardarían, nos dijeron que 1 hora, máximo 1 hora y 1/4. Sin embargo, pasaron casi 2 horas desde que hicimos el pedido y al llamar nos dijeron que habían tenido problemas con el horno pero que ya estaban en camino. Desde Gironella hasta la casa rural hay como máximo 10 minutos. Después de 20 minutos más, volvimos a llamar y ya no contestaban. La solución fue tomar el coche e ir nosotros mismos a Gironella a buscar las pizzas. Después de discutir con la chica que suponíamos era la dueña, finalmente nos llevamos las pizzas nosotros mismos. Más de 2 horas y media después pudimos cenar. Si les resulta complicado llevar las pizzas a domicilio o simplemente cocinarlas, hubiera sido más fácil y honesto decir que no podían servirnos. Las pizzas no estaban mal, pero quizás el tiempo de espera y el hambre que teníamos nos hizo aceptar cualquier cosa.