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Avaliação da contribuiçãoLos dueños son personas encantadoras. La comida muy buena. El único problema fue que en la carretera que va hasta el Caletón, se nos pegó detrás una Citroen C15. Al llegar al Caletón, se bajo de la C15 un hombre de unos 50 años que vivía al lado de Casa Miguel y nos empezó a increpar y a insultar, hasta el punto que tuve que llamar a la Guardia Civil.
Increíblemente increíble. Nos encontramos este lugar gracias a los comentarios del Google Maps. Estuvimos dando alguna vuelta que otra por el pueblo pero al final, de casualidad, dimos con este sitio. Encantador, muy rústico, muy familiar. Lo atiende Miguel y su mujer, dos personas mayores que nos hicieron estar como en casa. Tienen lo que en ese momento han hecho con todo el cariño y buen hacer. Nosotros hemos comido ropa vieja de pulpo (espectacular) y un pedazo de SARGO con apenas unas pocas horas recién pescado del mismo lugar. La bajada al sitio es por una carretera un pco en pendiente y unas pocas curvas de 90º, pero se baja perfectamente. Prácticamente las mesas están encima de las rocas, donde el mar abierto rompe con bravura. Se podría decir que estaba en tierras gallegas. SI PODÉIS, no dudéis en ir. Como he abierto esta valoración. INCREÍBLEMENTE INCREÍBLE. Gracias Miguel!
Es un sitio que me encantó por lo típico que es, porque hay veces que rompe la ola y te salpica, lo lleva un matrimonio bastante mayor encantadores, el menú se basa en pescado, vino y el postre quesillo o tarta de chocolate, estrictamente casero, muy tranquilo, la carretera un poco difícil, estrecha y muchas curvas pero es todo tan...primitivo y auténtico.... Que....se nota que me gustó.... ¿ Verdad ?
Restaurante totalmente escondido que me recomendaron gente de la zona. Por supuesto un total acierto. Comer literalmente a pie del océano.
Comes al lado del mar. Dos viejas fritas,papas arrugadas,mojo rojo, 1 pan, 1 sartén de lapas,6 cañas, 45 euros en total .el atendimiento por parte de los dueños increíble