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Avaliação da contribuiçãoLa comida bastante mediocre. Bastante caro para lo que uno recibe. La atención muy mala, se demoraban un montón, aunque había bastante personal para atender a las mesas, ellos sólo miraban a la puerta de ingreso y no estaban atentos a los clientes. Local descuidado en general, el baño de mujeres estuvo sucio, parece que no tienen personal para la limpieza. No pienso regresar.
Lamentablemente no tuve una buena experiencia. Volví a este restaurante después de muchos años. Lo conocí como un lugar de buen nivel y con buena atención. Pero parece que le ocurrió lo que ocurre a muchos negocios en Lima y en el Perú. Comienzan con fuerza y una buena inversión, pero el dinero que generan no se reinvierte en el mantenimiento y mejora, así que con el tiempo entran en decadencia. El local actualmente se nota bastante descuidado. Decoración anticuada y sin personalidad, muebles desgastados y avejentados. La atención no es muy cortés. El trato se siente un poco frio e indiferente. Los mozos se demoran y no prestan mucha atención a los clientes.La carta tiene una oferta muy variada de platos interesantes. El plato que yo pedi fue Arroz con Mariscos y una Caipirinha. De cortesía nos trajeron unos nachos con salsa huancaína. La presentación del plato principal fue buena y la porción grande. El arroz vino acompañado por dos conchitas enteras y salsa criolla, que ayudó aligerar el sabor intenso del arroz. Sin embargo la comida en si se sintió pesada, no logré a acabar el plato, y le sentí algún ingrediente químico que no supe reconocer. La caipirinha tuvo el aroma de la Cachaça 51, que vi en el bar pero la calidad de los limones y la porción del alcohol no fueron los adecuados.En cuanto al precio, no es muy alto en sí, pero me parece alto para lo que ofrece el lugar.